• Tema: Asistencia al teatro, Estudio de caracterización de público, ENCC

¿QUIÉNES VAN AL TEATRO? Una pista: ellas, adultas y educadas

Así lo indica el estudio de caracterización de público realizado por el Teatro Nacional Argentino-Teatro Cervantes y de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales del SInCA.

Teatro Nacional Argentino-Teatro Cervantes (TNA-TC), postal típica de la previa a cualquier función. Bajo las imponentes arañas hispano-moriscas y las vigas de madera oscura, conversa, forma fila o compra sus boletos un grupo muy codiciado por el sector: el de los espectadores de teatro.

Si se aguza la mirada, podrá apreciarse que la mayoría de esas personas que esperan la apertura de sala, y la mayoría de las que saldrán cuando termine  la función anterior, son mujeres (casi un 70%).  Además, el grueso del público se ubica en la franja de edad que va entre los 30 y 44 años (tanto de las mujeres, que son mayoría, como de los varones).

Estos datos, entre otros, fueron relevados en el Estudio de caracterización de público que realizó el propio TNA-TC durante 2017. Asimismo, la Encuesta de Consumos Culturales llevada a cabo por el SInCA ese año, encontró que a nivel nacional, de todas de las personas que asistieron alguna vez ese año a un teatro (público o privado, comercial o independiente), el 62% eran mujeres. Y, también, que la mayoría de esas mujeres tenía entre 30 y 49 años.

 

Tanto los datos de la ENCC como los recabados en el estudio de público del TN-TC indican que la asistencia al teatro está muy asociada a la población con alto nivel de estudios. En efecto, el 58% del público del TNA-TC completó alguna carrera universitaria o terciaria y el 21% no la terminó o no lo hizo aún. Es decir que, en ese teatro, de cada 100 espectadores, casi 80 cuentan con estudios universitarios o terciarios completos o en curso. Y un dato extra: 12 de esos 100 realizaron algún posgrado.

Incluso cuando se amplía la mirada a nivel país, se confirma que la población que asiste al teatro cuenta con un nivel educativo alto, ya que en 2017 casi el 54% de los espectadores de contaba, como mínimo, con estudios universitarios o terciarios incompletos.

 

Otro resultado interesante que arrojó el estudio de público realizado por el TNA-TC es que la mayoría de sus espectadores residen en la Ciudad de Buenos Aires, particularmente en la zona centro de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, en el área con más oferta de espectáculos teatrales. Con lo que podría inferirse que, de alguna manera, la asistencia al teatro está asociada con la cercanía de la oferta. 

Por su parte, la Encuesta Nacional de Consumos Culturales corrobora que la asistencia al teatro es mayor en las regiones más densamente pobladas y con mayor concentración de teatros o salas de artes escénicas: CABA, Provincia de Buenos Aires y región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos).

Estos datos, sin dudas, dan pie a diversas preguntas: ¿Por qué ir al teatro es una actividad realizada mayoritariamente por mujeres? ¿Tendrán alguna incidencia los temas que abordan las obras? ¿Está el arte en general más asociado a la población femenina? ¿El alto nivel educativo de los espectadores es una condición de acceso al teatro o no se lo fomenta lo suficiente en todos los niveles educativos? ¿El teatro está circunscripto exclusivamente a los entornos urbanos y densamente poblados? ¿Es la cercanía al teatro un factor determinante de la asistencia?

No es posible responder estas preguntas ahora, pero la disponibilidad de información referida al sector es una condición necesaria, aunque no suficiente, para empezar a buscar respuestas, delinear soluciones a los problemas y plantear otras preguntas.

Porque el uso de datos se ha convertido en una estrategia ineludible en la toma de decisiones y porque para que los organismos del Estado planifiquen sus políticas se necesita información. 

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